- ¿Qué visión tiene la Consejería sobre el papel de los fondos europeos en el impulso de una política educativa transformadora en Castilla-La Mancha?
Los fondos europeos son una herramienta clave para el desarrollo educativo de Castilla-La Mancha. Siempre son bien recibidos y, sobre todo, bien ejecutados. En los últimos años, además, llegan con una visión transformadora de la sociedad que encaja perfectamente con las prioridades que marcamos desde el Gobierno regional a través de esta Consejería.
En una comunidad con tanta diversidad como la nuestra, donde hay colegios con apenas dos alumnos en algunos municipios, estos fondos permiten garantizar la igualdad de oportunidades en las mismas condiciones que en los centros ubicados en grandes localidades. Su aportación resulta esencial para mejorar infraestructuras educativas, impulsar la investigación y reforzar la universidad, que también forma parte de nuestras competencias.
Quiero destacar, además, el papel fundamental de estos recursos en las políticas de inclusión educativa. Gracias a ellos, llevamos ya siete ediciones de un plan de prevención del abandono escolar temprano y de éxito educativo, que sitúa a Castilla-La Mancha por delante de otras comunidades autónomas. Se trata de un programa que llega a los más desfavorecidos, no solo en términos económicos, sino también en lo social y lo académico.
- ¿Qué valor añadido están aportando los proyectos financiados con FEDER 2021-2027 frente a otras vías de financiación pública en el ámbito educativo?
Si tuviera que destacar un valor añadido de los proyectos financiados con el FEDER 2021-2027 en el ámbito educativo, me centraría en la climatización de los centros. Durante mucho tiempo existía la pregunta de por qué los edificios públicos estaban climatizados y, sin embargo, los colegios no. La explicación era sencilla: las olas de calor solían producirse en julio y agosto, meses en los que los centros permanecían cerrados. Sin embargo, en los últimos años esas altas temperaturas empiezan a llegar en abril o mayo, lo que nos situó ante un reto urgente.
En este contexto, los 50 millones de euros del Programa FEDER 2021-2027 han sido determinantes. Gracias a esta financiación, puesta a disposición de las entidades locales, Castilla-La Mancha ha podido avanzar más rápido y con mejores condiciones, al contar con una cofinanciación del 85% frente al 80% de otros programas. Esto nos permite dar una respuesta de calidad y eficacia a una necesidad que afecta de manera directa a alumnado y profesorado.
Es cierto que los procedimientos vinculados al FEDER son exigentes, pero el esfuerzo merece la pena porque el retorno de la inversión es muy rápido. Ya en el anterior programa operativo realizamos una apuesta muy importante a través de las expresiones de interés para mejorar infraestructuras educativas con los ayuntamientos. El resultado fue que nuestra Consejería fue la que más proyectos ejecutó en toda Castilla-La Mancha, los justificó con mayor rapidez y, en consecuencia, recuperó antes los fondos invertidos. De más de 470 proyectos presentados, únicamente dos quedaron fuera de la financiación europea, y fue por un retraso en los plazos, no por incumplimiento de objetivos.
- Uno de los grandes debates actuales es el equilibrio entre la inversión en infraestructuras y la inversión en calidad pedagógica. ¿Considera que la calidad pedagógica se ve reforzada por la inversión en la mejora y modernización de las infraestructuras, como por ejemplo puede ser la renovación energética o la construcción de nuevos centros educativos?
Puede haber quien piense que la educación no ha cambiado y que sigue girando en torno al alumnado, el profesorado y las materias de siempre. Sin embargo, la realidad es muy distinta: las nuevas metodologías, la organización en grupos múltiples y los distintos tipos de agrupamientos requieren un uso innovador de los espacios. En este sentido, la calidad de las infraestructuras repercute directamente en la calidad educativa.
Un centro sostenible, eficiente, con energías renovables y diseñado bajo los estándares de calidad que marca el FEDER no solo favorece el bienestar del profesorado y la comodidad del alumnado, sino que también facilita la implantación de estas nuevas metodologías.
Además, el programa no se limita a la construcción de nuevas infraestructuras, sino que también contribuye a la rehabilitación de edificios existentes. Esto nos permite combatir la obsolescencia de muchos servicios educativos y, sobre todo, reforzar nuestra convicción de que invertir en infraestructuras es invertir en calidad educativa.
- ¿Qué importancia tienen para la Consejería aspectos como la digitalización o la inclusión educativa, en los criterios de selección de proyectos financiados?
Sé que la pregunta no se plantea como una elección porque ambos aspectos son muy importantes. En digitalización hemos dado pasos muy relevantes y transformadores: todas nuestras aulas cuentan con paneles digitales interactivos, con dispositivos para atender al alumnado vulnerable y también para trabajar nuevas herramientas, competencias y metodologías.
Si me preguntas qué papel refuerza más el FEDER, me quedo con la inclusión, porque es un trabajo continuo. Hace siete años vimos la oportunidad de generar estructuras de atención a nuestro alumnado en este ámbito y lo tuvimos muy claro. El Programa de Éxito Educativo, al que ya me he referido, es el pilar fundamental y el bloque central con el que atendemos a los estudiantes más vulnerables.
Aquí decidimos rápido: podríamos haber apostado por otras prioridades en otros objetivos, pero fuimos directos a por este por la confianza que le tenemos. Por tanto, muy agradecido por el impulso que hemos dado en digitalización, pero sin duda me quedo con estos años de implementación, desarrollo y consolidación de las políticas de inclusión educativa gracias al FEDER.
- ¿Considera interesante el apoyo del FEDER para el desarrollo de las políticas educativas en el medio rural castellanomanchego?
Castilla-La Mancha tiene algo más de dos millones de habitantes y, en población escolar, unos 384.000 alumnos repartidos en alrededor de 1.700 centros educativos. Nuestro ámbito rural hace que en algunos lugares haya muy poquitos alumnos, y podría pensarse que no es eficiente realizar una gran inversión en localidades tan pequeñas, donde el impacto de mejora es reducido. Pero para este Gobierno esa no es una opción. Aquí nos planteamos atender las necesidades e infraestructuras educativas estén donde estén, y mucho más cuando contamos con aliados como el fondo FEDER, que permite justificar esa inversión.
Estoy muy satisfecho porque prácticamente el 80% de la inversión en infraestructuras está yendo a pueblos muy pequeños. El año pasado ya os ponía el ejemplo de Chillarón, una localidad de algo más de 600 habitantes que está experimentando cierto crecimiento, lo que es motivo de celebración gracias a las políticas de lucha contra la despoblación. Allí tuvimos que acompasar sus nuevas necesidades con una infraestructura educativa cofinanciada por el FEDER. Ahora finalizamos la primera fase de construcción del colegio y pronto comenzaremos la segunda.
Todo esto ha sido posible gracias al convencimiento del Gobierno de Castilla-La Mancha y al apoyo del FEDER. Y, enlazando con lo anterior, todas las políticas mencionadas han llegado por igual a estos territorios. Es altamente satisfactorio visitar los colegios y comprobar que no existe brecha territorial, sino la misma igualdad de oportunidades para todos los chavales.
El impacto es claro y está muy reconocido. Ahora mismo estamos trabajando en una reprogramación del FEDER, porque sabéis que, igual que en el resto del país, con el mecanismo de Recuperación y Resiliencia pusimos en marcha las escuelas de 0 a 3 años y las hemos extendido sobre todo en zonas rurales. Parece que otros fondos pueden contribuir a consolidar y expandir estas políticas, de manera que lleguen a todos los territorios.
- Hablando de futuro, ¿Qué líneas de actuación considera que deberían implementarse en los próximos períodos con el apoyo del FEDER?
Esta Consejería también incluye la Cultura, y el FEDER es una herramienta muy valiosa, al igual que en el ámbito de la investigación, que no debe limitarse solo a la creación de centros tecnológicos, sino que tiene que llegar también a los territorios más pequeños.
Hay un dicho que dice: ‘Virgencita, que me quede como estoy’. Pero no, hay que ser ambiciosos, dar pasos firmes y explorar todas las posibilidades de crecimiento que ofrece el FEDER. Estamos muy satisfechos con la prioridad que se está dando a criterios como la sostenibilidad, la transición energética o la atención a las infraestructuras, sin olvidar la igualdad de oportunidades, que podemos llamar también inclusión educativa. Estos fondos de cohesión tienen que servir, precisamente, para cohesionar.
La clave para los próximos años es la ambición, entendida como la capacidad de abrir vías de crecimiento en aspectos determinantes, no para los gobiernos, sino para la ciudadanía, que es quien espera respuestas de estos fondos a través de la ejecución de los diferentes gobiernos. Y esa respuesta no puede estar sujeta a voluntades políticas: los fondos deben acompañar a la ciudadanía sin debates ni cuestionamientos partidistas.
En un momento en el que todavía existe una corriente negacionista frente al cambio climático, la ciudadanía está por encima de esas posiciones. Son sus voces las que reclaman infraestructuras adaptadas a las diferentes discapacidades, accesibles para todos; las que piden avanzar en el disfrute de la cultura, en la práctica deportiva diaria, en el acceso a la educación, que además de un derecho es también una obligación en ciertas etapas.
Del siguiente programa operativo esperamos que mantenga esa visión europeísta de cohesión entre todos los Estados miembros, muy centrada en las necesidades de nuestro territorio y, especialmente, en esa diferenciación que reclama siempre Castilla-La Mancha por sus particularidades geográficas y demográficas.